viernes, 26 de diciembre de 2008

La familia y uno más...




Desde hace 17 años celebramos la Nochebuena en casa, mi hija nació en diciembre y sacarla con 7 días era una locura; mucho ha pasado: mis sobrinos han crecido y ahora son adultos con responsabilidades y parejas, la familia crece y el espacio sigue siendo el mismo...

Hace unos años perdimos a la persona que nos mantenía unidos, mi madre, pero a pesar de ello seguimos ahí, intentando no perder la esencia de unas fiestas entrañables.

Año tras año hacemos lo mismo pero de distinta manera; los niños crecen y cambian su visión de la vida, sus gustos musicales, sus tendencias en cuanto a ropa... Ahora nos miran y nos llaman viejos, sin darse cuenta de que el tiempo pasa para todos.
Cada día comemos o cenamos en una casa distinta, es la tradición, los jóvenes aguantan bostezando la charla de las hermanas y amenazan con marcharse de fiesta... no lo hacen pues, aunque no quieran reconocerlo, les encanta.

Hoy uno de mis sobrinos me enseñaba a liar un cigarrillo y su hermana me explicaba historias de borracheras , aprovechando que su madre no estaba por la labor...

Es Navidad y apetece dar abrazos a esos niños que ahora empiezan a tener ojeras cuando se van de fiesta, que empiezan a sentirse mayores, acompañan a sus primas pequeñas en coche para que no les pase nada y que todavía se dejan mimar por sus tías y madres.

Todo es válido en Navidad y mañana, cuando empecemos con la rutina, empezará la cuenta atrás para la próxima... ¿estaremos todos?