Te podría contar
que esta quemándose mi último leño en el hogar,
que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa doy
todo lo que soy,
porque estoy solo
y tengo miedo.
Si tú fueras capaz
de ver los ojos tristes de una lámpara y hablar
con esa porcelana que descubrí ayer
y que por un momento se ha vuelto mujer.
Entonces, olvidando
mi mañana y tu pasado
volverías a mi lado.
J.M. Serrat.
Boomp3.com
que esta quemándose mi último leño en el hogar,
que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa doy
todo lo que soy,
porque estoy solo
y tengo miedo.
Si tú fueras capaz
de ver los ojos tristes de una lámpara y hablar
con esa porcelana que descubrí ayer
y que por un momento se ha vuelto mujer.
Entonces, olvidando
mi mañana y tu pasado
volverías a mi lado.
J.M. Serrat.
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Siguiendo con el rollo musical, ahí va el tema que estoy escuchando y que me ha venido a la memoria después de una noche intensa, la pasada, con mis compañeros y profes de GES II.
Después de visitar una exposición en el CCCB sobre J.G. Ballard que me dejó casi al borde de una crisis, nos fuimos a un chino a cenar... Las risas, pa variar, estuvieron presentes, pues algunos pedían sin pensar y ponían caras de asombro al ver sus platos. Hablamos de todo un poco, del futuro, de los estudios, del trabajo, pero siempre en un tono amistoso y de buen rollo. Vinillo, sangría y chupitos iban haciendo mella y, al terminar la cena, unos cuantos decidimos ir a tomar un café.
Sentados en una terraza de las ramblas seguimos con nuestras charlas, el pasado de cada uno iba saliendo como si fuera algo natural hablar entre nosotros de esas cosas, algunas dolorosas, sin pudor. La verdad es que estas charlas improvisadas valen mucho y, al menos a mí, me hacen pensar y desear repetirlas.
Esta mañana, cansada y adormilada (es lo que tiene acostarse a las 2 y levantarse a las 7...) hacía balance de la noche y tarareaba la cancioncilla. Serrat siempre me ha puesto triste, pero no con una tristeza dolorosa, sino reparadora. Es como si al escucharlo y cantar con él sacara mis miedos, mis pensamientos escondidos y me liberara de un peso que me hace andar con la cabeza gacha. Su "balada en otoño" me recuerda la soledad que he pasado, que hoy aún me atormenta aunque esté rodeada de gente, mis miedos y mis manías. "Que soy muy pobre hoy, que por una sonrisa doy todo lo que soy...".
Levanto la cabeza, sonrío y sigo adelante, con la madurez que dan los años pero la inseguridad que da el futuro...
Después de visitar una exposición en el CCCB sobre J.G. Ballard que me dejó casi al borde de una crisis, nos fuimos a un chino a cenar... Las risas, pa variar, estuvieron presentes, pues algunos pedían sin pensar y ponían caras de asombro al ver sus platos. Hablamos de todo un poco, del futuro, de los estudios, del trabajo, pero siempre en un tono amistoso y de buen rollo. Vinillo, sangría y chupitos iban haciendo mella y, al terminar la cena, unos cuantos decidimos ir a tomar un café.
Sentados en una terraza de las ramblas seguimos con nuestras charlas, el pasado de cada uno iba saliendo como si fuera algo natural hablar entre nosotros de esas cosas, algunas dolorosas, sin pudor. La verdad es que estas charlas improvisadas valen mucho y, al menos a mí, me hacen pensar y desear repetirlas.
Esta mañana, cansada y adormilada (es lo que tiene acostarse a las 2 y levantarse a las 7...) hacía balance de la noche y tarareaba la cancioncilla. Serrat siempre me ha puesto triste, pero no con una tristeza dolorosa, sino reparadora. Es como si al escucharlo y cantar con él sacara mis miedos, mis pensamientos escondidos y me liberara de un peso que me hace andar con la cabeza gacha. Su "balada en otoño" me recuerda la soledad que he pasado, que hoy aún me atormenta aunque esté rodeada de gente, mis miedos y mis manías. "Que soy muy pobre hoy, que por una sonrisa doy todo lo que soy...".
Levanto la cabeza, sonrío y sigo adelante, con la madurez que dan los años pero la inseguridad que da el futuro...