viernes, 11 de junio de 2010

En un sueño




No se lo digas a nadie, pero esta mañana me desperté pensando en ti.
Soñaba con tus versos de miel sobre mis páginas escondidas, reconocía tus notas sobre mis cuerdas oxidadas. El sol invadía la oscuridad y reclamaba mi atención.


Entonces, olvidando el sueño, acaricié el cabello que languidecía en mi almohada...